La medida conllevará a partir de 2017 un ahorro anual en el Principado de unos 10 millones de euros en calefacción
Una directiva europea obliga a instalar contadores individuales en las viviendas con esta instalación
El actual sistema de calefacción central tiene las horas contadas. El 1 de enero de 2017 todos los hogares que dispongan de este tipo de instalación deberán tener contadores individuales o, en caso de no ser técnicamente posible, repartidores de costes en cada radiador. Se trata de unos sencillos dispositivos que se colocan en los radiadores y que permiten que cada familia conozca su consumo exacto de calefacción. Lo que, en definitiva, les permitirá pagar únicamente por la energía que consumen. Y es que hasta ahora, en los edificios dotados de sistemas de calefacción centralizada, el reparto de costes se hace a escote entre todos los miembros de la comunidad en función de coeficientes como los metros cuadrados de la vivienda, pero sin importar el uso que hagan de ella.
La medida afecta a 1,7 millones de hogares de toda España, 60.000 de ellos asturianos, según los datos que baraja el presidente de la Asociación Española de Repartidores de Costes de Calefacción (AERCA), Ignacio Abati, y permitirá un ahorro potencial en calefacción de aproximadamente 10 millones de euros al año. Unos 170 euros por familia y año. Se trata de un «ahorro real, no teórico», de aproximadamente el 30% del consumo total, según explica Ricardo Castañeda, delegado para la Zona Noroeste de Techem, una de las empresas dedicadas a la instalación de estos dispositivos, que apunta al «factor humano» para explicar la razón de este ahorro. «El aparato lo único que hace es medir. Es el consumidor el que gestiona y racionaliza más los consumos. Al ser consciente de que lo que va a pagar está en su mano, empieza a regular el funcionamiento de los radiadores, con el ahorro que eso supone», argumenta.
Multas de hasta 10.000 euros por no cumplir la directiva
Con estos aparatos, un hogar puede conocer, incluso a diario, el consumo de calefacción en cada habitación y tomar decisiones de uso basándose en esos datos. Además, cada dos meses, la empresa a la que la comunidad haya contratado el servicio enviará una factura a los hogares con la información exacta de lo que han consumido y lo que han pagado por la calefacción en el baño, la cocina, el pasillo o la habitación principal de la casa.
«Cuando sabes que vas a pagar sólo por el consumo que realizas, te molestas en cerrar los radiadores si te vas a ir de viaje o tenderás a regular la temperatura de casa si consideras que hace demasiado calor. Cada uno es consciente de su consumo y se autorregula», razona el responsable de Techem en Asturias.
El cambio del actual sistema de calefacción central responde a la Directiva Europea de Eficiencia Energética 27/2012/UE que tiene entre sus objetivos la reducción del consumo de energía en los edificios dotados de una instalación centralizada de calefacción o refrigeración que se encuentran mayoritariamente en inmuebles antiguos y con un deficiente aislamiento térmico. La mayoría de los inmuebles construidos a partir de la década de la década de los 90 con este tipo de calefacción ya cuentan con contadores individuales.
Países como Alemania, Italia, Dinamarca, Francia, Bélgica y Suiza han sido los primeros en aplicar esta directiva y ya es obligatorio tener instalados los contadores individuales. En España, el Gobierno ya ha publicado el borrador del real decreto de transposición de la mencionada directiva comunitaria y prevé aprobarla en breve. La fecha tope para instalar estos medidores es el 31 de diciembre de 2016, así que las comunidades disponen aún de dos años de plazo para adecuar sus sistemas de calefacción. Están obligados por ley a ello. Si no lo hacen se enfrentan a sanciones que oscilarán entre los 1.000 y los 10.000 euros.
En previsión de este cambio, el Gobierno asturiano ya autorizó el año pasado una línea de subvenciones para la instalación de estos aparatos. Sin embargo, según explica Castañeda, la subvenciones debían solicitarse a través de una empresa de servicios energéticos lo que ha limitado su aprovechamiento. Asegura que todavía son muy pocas las comunidades de vecinos que han instalado los equipos y que queda mucho trabajo por hacer.
Para tranquilidad de los afectados, colocar estos pequeños medidores no requiere hacer molestas obras en casa. Son muy sencillos de instalar y normalmente se colocan sobre el radiador mediante unos simples tornillos.
70 céntimos por radiador
La mejor opción, según las empresas consultadas, es alquilar los equipos. De hecho, en la actualidad, los equipos de medición y lecturas (seis al año) se comercializan en régimen de alquiler por cuantías que rondan los 70 céntimos por radiador y mes supeditadas, eso sí, a la firma de contratos de hasta diez años con la empresa en cuestión. Esto supone que para una vivienda tipo con cinco radiadores, el coste mensual supondría unos 3,5 euros. La factura, no obstante, se incrementará sustancialmente, hasta los dos euros al mes por radiador, si la instalación incluye válvulas y cabezales termostáticos que son los que realmente permiten regular el consumo desde casa. Mientras que la instalación de los repartidores de calor no entraña ninguna complejidad, la instalación de las válvulas y cabezales sí obliga a desmontar los radiadores y solo se puede hacer durante los meses del verano. De ahí la necesidades de que los propietarios de las viviendas con calefacción central adopten cuanto antes la decisión para poder llegar a 2017 con los nuevos sistemas de medición ya en uso. El cambio, advierten las propias empresas, no es fácil y se requiere de un periodo de aprendizaje para que el ahorro en calefacción llegue realmente a los bolsillos.