Cuando hablamos de obtener ahorros energéticos en una instalación de calefacción con radiadores, pensamos que necesitamos invertir mucho dinero para conseguir resultados. Si disponemos de poco presupuesto, podemos adoptar una serie de medidas relativamente económicas y con retorno de la inversión reducido. Una de ellas, es la sustitución de las válvulas manuales por válvulas termostáticas. Con ello, conseguiremos un ahorro energético reseñable.
¿Cómo funciona una instalación de calefacción mediante radiadores?
Resumiendo, en nuestra vivienda o edificio, disponemos de un sistema de producción de calor, que calienta el agua que circula por las tuberías, hasta llegar a los elementos emisores, que popularmente se denominan radiadores.
Los radiadores, como bien sabemos, son los elementos que ceden el calor al ambiente sobre el que están funcionando. Pero, nos hacemos la siguiente pregunta: ¿Podemos regular de alguna forma el calor que emiten los radiadores?
¿Cuáles son los antecedentes?
Hagamos un poco de historia:
Todas las instalaciones de calefacción realizadas en España, antes de la entrada en vigor del Real Decreto 1218/2002, se diseñaban y ejecutaban con válvulas manuales de regulación en cada radiador. A partir de la entrada en vigor del R.D., se reguló la instalación de válvulas termostáticas en algunas de las dependencias de las viviendas.
Concretamente, en la redacción de la instrucción IT 02.11.2.2 se indicaba expresamente que “en instalaciones de calefacción dotadas de radiadores o convectores se dispondrá, para cada circuito de zona del edificio, un sistema centralizado para control de la temperatura del agua en función de la temperatura exterior y válvulas termostáticas en todos los radiadores situados en los locales de la vivienda, exceptuando locales como aseos, cuartos de baño, cocinas, vestíbulos y pasillos…”
Reglamento de Instalaciones Térmicas de los Edificios
Por lo tanto, aunque las válvulas termostáticas se vienen utilizando en Europa desde hace más de 60 años, en España podemos concluir que su aparición es relativamente reciente, extendido desde la aplicación del RITE-2007.
Por ello, un porcentaje muy elevado de viviendas y edificios, disponen, todavía, de válvulas manuales de regulación en radiadores.
Pero, ¿qué es una válvula de regulación manual y cómo funciona?
Pues, seguramente que todos conocemos cómo funciona una válvula de este tipo, ya que las hemos visto en algún edificio, o disponemos de ellas en nuestras viviendas.
Simplemente, el caudal de agua caliente que queremos que circule por el radiador se controla girando manualmente el mando. Remarcamos lo de manualmente, ya que, como nos podemos imaginar, desde el punto de vista de eficiencia y ahorro energético, no es la mejor alternativa, pues dependemos siempre de la acción humana.
Podemos citar dos ejemplos que aclaran lo comentado:
Imaginemos una vivienda en la que está encendida la calefacción y todos los radiadores disponen de válvulas de este tipo. Existen habitaciones orientadas al sur, que en un día de radiación solar alta, elevan su temperatura interior, hasta el punto de que, aunque haga frío en el exterior, no necesitarían calefacción. Con este tipo de válvulas, la única forma de evitarlo, sería ir de habitación en habitación cerrando las válvulas manualmente. En una vivienda, podría hacerse, aunque dependemos de estar en casa, de acordarnos etc. …Pero ¿qué pasaría en un colegio?, y….¿en un centro de salud o un hospital?.
Otro ejemplo de ineficiencia energética sería que, con este tipo de válvulas, no se puede controlar la temperatura de cada dependencia. En el caso de las viviendas, el termostato que suelen tener algunas de ellas, únicamente controla el apagado y encendido de la caldera en función de la temperatura donde esté instalado, pero no controla la temperatura de cada local. Por consiguiente, como nos podemos imaginar, podremos disponer de temperaturas elevadas que no sean confortables, con el consiguiente coste energético.
Y entonces, ¿qué es y cómo funciona una válvula termostática?
Este tipo de válvulas, disponen de un cabezal que ajusta la temperatura deseada accionando un vástago y adaptándose automáticamente a los cambios de temperatura de la habitación.
Los cabezales disponen de una numeración que corresponde a la temperatura deseada.
Actualmente, se comercializan válvulas con cabezal electrónico, los cuales miden la temperatura a través de sensores y actúan sobre la válvula mediante un pequeño motor electrónico, ajustando de forma muy precisa el caudal necesario. Son más caras, pero afinan mucho más la temperatura.
Y por último, ¿qué ventajas tienen las válvulas termostáticas?
Desde luego, estos dispositivos ofrecen grandes ventajas sin realizar una inversión económica considerable:
Entre un 10-15% de ahorro de energía con respecto a una válvula manual
Mejora del confort, al mantener temperaturas prefijadas
Eficiencia energética en el conjunto de la instalación.
Respeto por el medio ambiente. Reducción de emisiones de CO2
Mejora del equilibrado hidráulico de la instalación
Mínimo mantenimiento
Larga vida útil
Retorno de la inversión medio-bajo.
Fuente; Calefacción Eficiencia Energética.